lunes, 5 de febrero de 2007

El mar no cesa (o lo cambios que se suceden)

Al releer mi entrada anterior me doy cuenta de que de verdad, a veces la buena voluntad cede ante los pequeños y no tan grandes hechos que se modifican en la vida.

Pese a que todo en mi vida me ha ido puliendo para no apegarme demasiado a personas o cosas, la verdad es que uno con todo es un ser incompleto en sí mismo, que en el fondo quiere cosas fijas y ciertos grado de estabilidad en lo que le rodea. Pero este año, como lo he anticipado desde el comienzo de este blog, me ha ido deparando todo lo contrario: partidas y despedidas, y ahora también la desaparición de los sitios donde mejor me sentía en San José: El Bar Morazán, Tribal y el Bierfest, estos dos en Barrio la California.

Como indicó un amigo, es raro que sólo estén cerrando con este inicio de 2007 los sitios con un corte más rock o bohemio "en serio", -entiéndase no fashion pequeñoburgués-, mientras los sitios con reggaetón y otras bazofias siguen tan campantes. Pero especular más estaría fuera de lugar.

Igual, es sencillamente frustrante carecer ya de los únicos sitios de reunión que tenía en esta apestosa ciudad a la cual apenas comenzaba a tenerle algo de afecto. Y nos obliga a mis amigos y a mí buscar alternativas: ni pubs, ni buenos bares, ni sitios que sean en realidad para conversar más que para embriagarse, sempiternos ganadores en este país etílico. Espero que los grandes cambios que esperaba para este año no se sigan cuantificando en pérdidas...