viernes, 11 de mayo de 2007

Respuesta para un adolescente lector de Nietzsche en el Foro Dunkelheit

Este post lo rescato aquí debido a que en él se refleja, al final, mucho de mi pensamiento actual sobre mis tópicos de siempre. Resalto en negrita los puntos que el muchacho quería que discutiéramos. Conser vo los signos de publicación del foro.

¡Vaya! Son muchas preguntas. Tengo ciertas ideas sobre esto tópicos, voy a presentarlas de modo resumido...

[quote]del temor a la vida creo que deberiamos discutirlo, [/quote]

Creo que, en el fondo, ese es el tema de todos los existencialistas, y hasta de la mística budista si querés una contraparte. Vivir es sufrir, es gozar para que la fuente del gozo se vaya. La estabilidad es sólo una pausa, porque la realidad demanda cambio constante y el cambio conduce a la crisis, y con ello a nuevo ciclo temores, despedidas y el dolor que éstos conllevan.

El existir como humano es una combinación de nuestra condición biológica, animal, interactuando con las demandas culturales, las cuales la mayor parte del tiempo tratan de reprimir y negar las demandas del cuerpo para satisfacer estructuras de poder (recomiendo mucho leer a Michel Foucault o “El Malestar en la Cultura” de Freíd para profundizar en eso). Es estar doblemente expuesto a nuestra condición de animales necesitados y sujetos sociales expuestos a la muerte, la exclusión social o la degradación simbólica. Todo en medio de tener que tomar decisiones en contextos cada vez más complejos. Si en medio de todo esto renunciamos a creer en un motivo o finalidad, ¿no es acaso como para entrar en pánico?

[quote] ademas del efecto de la sociedad sobre el individuo( la cultura crea al individuo a su imagen y semejanza), [/quote]

Más que crea, término bastante teológico, diría que la cultura “moldea” e influye a los individuos, en particular a través de escalas de valores, lenguaje, rituales, tradiciones. Es la mayor fuente de riqueza para la experiencia humana, no tengo la menor duda, pero

Un hecho antropológico es que, una vez que nuestra especie aprendió a superar en casi todo sentido a los entornos naturales y comienza a crear sus propios entornos (sedentarización y urbanismo), ahora nuestro principal reto es el cambiar y adaptarse a nuestros medios sociales, más inestables y si se quiere ilógicos con respecto a los naturales, porque a la larga casi toda relación social que implique presencia física estaá mediada por una dinámica de poder. En otras palabras, siempre alguien quiere dominar, unos no se dejan y buena parte se deja dominar aunque no lo reconozca. Ceder el poder de decisión a otro, sea sujeto o institución, dios o ideología, es una operación mucho más sencilla como la de tomar las decisiones más libres posibles dentro de las limitaciones inevitables que implican el pertenecer a una cultura.

[quote]la alienacion,[/quote]

Ahí llegamos al tema de la alienación. Nietzsche es de los primeros pensadores que trata de llevar hasta su última consecuencia el principio de que [b]la individualidad plena sólo puede afirmarse en la realidad a través de las decisiones que tomamos dentro de valores y visiones de mundo que nos hemos hecho con base en una búsqueda personal, en vez de sólo asimilar los esquemas que el poder da por naturales en nuestro entorno social[/b]. Los existencialistas lo desarrollan aún más, siendo emblemática la frase de Sastre: [b]“Estamos condenados a ser libres”[/b].

Pero sabemos que la innovador de tal propuesta es que esa posición de libertad es un desafío al poder. Porque el poder, como puede sacarse de algo ya escrito arriba, depende de que las masas [i]piensen que deciden[/i], pero en realidad sólo [i]repiten [/i] patrones que son necesarios para mantener las estructuras de poder, las cuales siempre son determinadas por el [b]modelo de producción[/b], capitalista en nuestro caso. Este esquema no necesita de seres humanos completos excepto en ciertos estratos: para lo demás, lo que esperan de nosotros es que seamos trabajadores y consumidores- el resto es accesorio. Y lo triste es que (seamos honestos) todos en algún momento, o de vez en cuando, cedemos ante esta visión. La esencia de la alienación es, justamente, no saber de esto y repetirlo; o peor aún, saberlo pero pretender que no.

[quote] el desamparo, [/quote]

Creo que este tema si lo abordé con más detalle en el post anterior. La vida, para tener “sentido”, tiende a buscar un motivo de origen, una razón para permanecer y una esperanza hacia la cual proyectarse. Y nuestro cuerpo y relaciones, en sí mismas, no pueden darlo. Tenemos que asignarles significado, reinventarlos conforme los vivimos, lo cual es exponerlos a la crisis, porque no buscamos origen, permanencia y futuro en nada externo al mundo material, siempre cambiante y el cual somos completamente prescindibles. Ese tipo de conclusiones duelen: a ese desamparo me refiero.

En ese caso, expuestos así al vacío, el vivir se convierte en un tema total: vivimos para fabricarnos un motivo para vivir; eso implica creatividad y crisis constante. Esos son problemas que, obviamente, las religiones, ideologías absolutistas o la indiferencia arreglan con facilidad, con el bajo precio de tu criticismo y capacidad de reinventarte con libertad. Cada quien escogerá…

[quote]el miedo en general, [/quote]

El miedo es necesario. Es nuestro mayor aliado para sobrevivir. El problema no es el miedo, es la dominación por el miedo, cosa en la que no voy a redundar. Si no sabés nadar, tendrás miedo de entrar a la piscina. La alternativas son claras: no te lanzás, por lo cual nunca supiste cuál era la realidad de la piscina ni del nado; lanzarte, flotar como mejor se pueda, y acabar nadando; o lanzarte, comenzar a chapotear estúpidamente y ahogarte, haciendo que te maten los mismos instintos que intentaron salvarte la vida.

[quote]¿crees que sea posible extirparlos? [/quote]

[b]NO.[/b] Un hombre que fue libre dijo: “muchos son los llamados, pero pocos los escogidos”. Lo cierto es que no soy tan optimista en este sentido. Pienso que hay que luchar para atenuar estos males, pero no serán eliminados. Hemos hablado de que mucho de esto proviene del modo en que se controla y manipula al cuerpo y a los espacios vitales: mientras seamos seres con esta naturaleza animal y primaria siempre hallaremos el modo de hacernos daño. El único modo de que acabe es extinguir a la especie. A lo que sí puede aspirarse, es mi convicción, es cambiar para mejor el balance y las proyecciones de poder. Pero, por todos los retrocesos que hemos tenido con el inicio del siglo XXI, siento que va ser una tarea de siglos… Lo que dudo es que tengamos tanto tiempo.

[quote]si esto es debilidad ¿crees que podemos hacernos mas fuertes?[/quote]

[b]SI[/b], pero es una tarea que requiere de decisión juntada con soporte externo. Quien se quiera levantar como un plus-hombre o mujer sólo por su cuenta, se aliena detrás de su orgullo. Es básico que no hay logro individual sin componente colectivo, debemos decidir y superarnos, pero necesitamos gente y espacios que nos nutran, critiquen y den otras perpectivas. Para eso las compañías que valen la pena. Para eso espacios como este.

[quote]¿no es mejor acaso dejar de lado toda esa maldita creencia y quedar desamparado como tu dices, antes que, seguir siendo uno mas de esa enorme masa de enfermos?[/quote]

No es asunto de mejor o peor en un sentido moral, es un asunto de [b]ser auténtico o no en un sentido existencial [/b]. Si te apartás del modo general de hacer y pensar, que no sea por llevar la contraria por llevarla, si no porque te has descubierto como ser libre y tenés la convicción. Y esto nunca es un logro total: hay avances y retrocesos, olvidos; es una tarea de por vida. Si se quiere, la tarea de construir esta libertad en tus propios términos sería, como ya se mencionó, el motivo para seguir en el tiempo que nos toque y SER de verdad.

Pero hago un balance aquí. No me aventuraría a hablar de las masas enfermas como una entidad abstracta. A mí también me irrita la estupidez ambiente, toda la oscuridad y desesperanza que esta era nos pone a respirar. Pero recuerdo entonces que la condición humana, como lo hemos hablado, es frágil, paradójica, bella en su tragedia, tremendamente fácil de desvirtuar. Cada quien se enfrenta a la angustia y la muerte dentro de aquello que cree conocer. Es terrible: esa búsqueda nos permite crear alternativas; esa búsqueda trata de borrarlas para olvidarnos de esos horizontes inciertos. Lo mejor y lo peor de nuestra especie se lo debemos a la misma fuente.

Por eso, lo que queda al final es esto: VOS, TU BÚSQUEDA y LOS COMPAÑEROS DE VIAJE DIGNOS DE LOS QUE PODÁS HACERTE. Es decidirse a decidir, decidir…

Ëidolon II

Ella toda fragancia y muerte. Exquisita mi sangre lamida entre sus dedos fríos.

Lacera y doy las gracias. En sus brazos la asfixia se forma con otros colores.

Soy puro, conozco a Dios. Me dice que ella nada sabe de futuros o esperanzas.

Comprende entonces mi cuerpo verdades laberínticas que nos guían

a las profanidades de la fe, mientras toda queja de la carne enmudece.

Memento Mori II

El instante de su rechazo quedó en mis entrañas como presente eterno. Desde entonces cada año halló otra voz de rostro cordial y perfumaba abismos de piel inaprensible.

Mi amiga ha preguntado y los años de no ser suficiente hacen eco en cada mujer atractiva de la avenida. Ninguna sería porque yo no he sido, quizás.

El deseo entonces traspasa tiempos para rebotar en muros de carne plomiza, vuelve rabioso a la raíz de verdaderas lágrimas que ya no tienen por quien brotar al menos esta tarde en que todas volvieron, pasándome de largo nuevamente.

Ëidolon I

Ausente de cuerpo y voz, persigo al mar con la nariz rastreando la sal

en medio de los árboles. No hay pupitre que contenga mi pecho agitado, las piernas inacabables o el rumor de las gaviotas detrás de las celosías. La luna retrocede hasta dar paso al ocaso febril naranja turquesa y color ojos cerrados, jadeos mientras las manos tocan la espuma que eclipsa efervescente los pies.

No hay pupitre ni clase, no importa lo que digan los muros del aula

o el tono afable de la profesora de mirada aún más lejana que la mía.

Memento Mori I

Tras del susto, las golondrinas. Sonreír sin alternativa en el domo de concreto al regresar el tiempo con pájaros inesperados, cuatro de la tarde. Tengo seis años en un potrero de San Miguel de Barva, horizonte cuatro vacas y fila de cipreses centenarios a una distancia indescifrable. Me lanzo al pasto, comenzón los brazos bajo las rodillas y pantalones cortos, golondrinas, nubes y golondrinas, el viento frío. Trinos cosquillas vuelo irregular todo el universo, hasta que el ruido del candado se cierra y de vuelta al trabajo, las luces se apagan, delante la ciudad. Pesan de pronto los pasos.